La niñez temprana abarca desde los tres a los seis años de edad. Los cambios que se producen en esta etapa no son tan rápidos como en la etapa anterior, sino que su desarrollo se hace algo más lento.
En esta etapa adquieren más destrezas físicas, tienen una mayor competencia intelectual y sus relaciones sociales se hacen más complejas. La capacidad de lenguaje aumenta de manera evidente a medida que dominan las reglas de sintaxis y aprenden cómo mantener conversaciones. A nivel emocional, los niños de estas edades comienzan a identificarse con los demás y a mostrar una conciencia social.
En la niñez, niños y niñas comienzan a tener una apariencia más estilizada, perdiendo la barriga redondeada de la infancia. El tronco, brazos y pies se hacen más largos, aunque la cabeza sigue siendo proporcionalmente grande. Los varones son ligeramente más altos y pesados que las niñas y tienen más músculo por kilogramo de peso, mientras que las niñas tienen más tejido graso.
DESARROLLO ARTISTICO
Los dibujos iniciales
reflejan la madurez del cerebro y son similares en niños de
diferentes naciones y culturas.
La etapa de los garabatos. Surge a los dos años de edad y los adultos suelen pensar que estos garabatos son aleatorios y sin sentido. No obstante, los niños se interesan principalmente por la colocación de los trazos en el papel. Kellogg ha identificado 20 trazos básicos (como líneas o zigzags) y ha identificado 17 patrones de ubicación de los trazos en el papel que aparecen hacia los dos años de edad.
La etapa de la forma surge hacia los tres años. Los niños dibujan diagramas con seis formas básicas: círculos, cuadrados o rectángulos, triángulos, cruces, letras X y formas desiguales.
En la etapa de diseño, que alcanzan con rapidez desde la etapa anterior, los niños mezclan dos formas básicas en un patrón complejo. Se trata de dibujos abstractos. Los adultos suelen desechar y no valorar estos dibujos porque no son dibujos de algo concreto (como un árbol o una casa). Sin embargo, los adultos que empujan a los niños a dibujar objetos de la vida real están perjudicando el desarrollo artístico del niño.
La etapa pictórica comienza entre los cuatro y cinco años. Los niños empiezan a dibujar cosas de la vida real. Este paso del dibujo abstracto al dibujo representacional marca un cambio fundamental en el propósito del dibujo de los niños. Los elementos primarios en el arte consisten en un interés por la forma y el diseño, que es precisamente lo que caracteriza el dibujo de los niños en las primeras etapas. Pero después de los primeros años de escuela, cuando los adultos los presionan para pintar la realidad, sucede este cambio de lo abstracto a lo representacional y es cuando muchos niños que antes se divertían dibujando, pierden el interés artístico que tenían en un principio.
La etapa de los garabatos. Surge a los dos años de edad y los adultos suelen pensar que estos garabatos son aleatorios y sin sentido. No obstante, los niños se interesan principalmente por la colocación de los trazos en el papel. Kellogg ha identificado 20 trazos básicos (como líneas o zigzags) y ha identificado 17 patrones de ubicación de los trazos en el papel que aparecen hacia los dos años de edad.
La etapa de la forma surge hacia los tres años. Los niños dibujan diagramas con seis formas básicas: círculos, cuadrados o rectángulos, triángulos, cruces, letras X y formas desiguales.
En la etapa de diseño, que alcanzan con rapidez desde la etapa anterior, los niños mezclan dos formas básicas en un patrón complejo. Se trata de dibujos abstractos. Los adultos suelen desechar y no valorar estos dibujos porque no son dibujos de algo concreto (como un árbol o una casa). Sin embargo, los adultos que empujan a los niños a dibujar objetos de la vida real están perjudicando el desarrollo artístico del niño.
La etapa pictórica comienza entre los cuatro y cinco años. Los niños empiezan a dibujar cosas de la vida real. Este paso del dibujo abstracto al dibujo representacional marca un cambio fundamental en el propósito del dibujo de los niños. Los elementos primarios en el arte consisten en un interés por la forma y el diseño, que es precisamente lo que caracteriza el dibujo de los niños en las primeras etapas. Pero después de los primeros años de escuela, cuando los adultos los presionan para pintar la realidad, sucede este cambio de lo abstracto a lo representacional y es cuando muchos niños que antes se divertían dibujando, pierden el interés artístico que tenían en un principio.
SUEÑO Y PROBLEMAS PARA DORMIR
En ocasiones, los problemas
de sueño pueden indicar un problema emocional profundo. Si
la alteración del sueño es persistente debería llevarse al
niño a un psicólogo. En cambio, caminar o hablar dormidos es
algo común y no conlleva ningún peligro.
Comienzan a aparecer en la
niñez temprana. Los terrores nocturnos consisten en un
despertar abrupto en un estado de pánico. El niño puede
gritar, sentarse en la cama, respirar con rapidez y tener la
mirada fija. Aunque en realidad no está despierto, se puede
tranquilizar fácilmente y a la mañana siguiente no recuerda
lo sucedido. Suelen presentarse dentro de la hora siguiente
al momento en que el niño se queda dormido.
Los terrores nocturnos no suelen ser un problema serio, no son señal de problemas emocionales y simplemente pueden ser el efecto de un sueño muy profundo.
Las pesadillas suelen presentarse hacia la mañana y se recuerdan de un modo muy vívido. Una pesadilla ocasional no es motivo de preocupación pero si son persistentes, y sobre todo si atemorizan al niño durante el día y lo mantienen con ansiedad, pueden ser una señal de que se encuentra sometido a demasiado estrés.
Los terrores nocturnos no suelen ser un problema serio, no son señal de problemas emocionales y simplemente pueden ser el efecto de un sueño muy profundo.
Las pesadillas suelen presentarse hacia la mañana y se recuerdan de un modo muy vívido. Una pesadilla ocasional no es motivo de preocupación pero si son persistentes, y sobre todo si atemorizan al niño durante el día y lo mantienen con ansiedad, pueden ser una señal de que se encuentra sometido a demasiado estrés.
DESARROLLO COGNITIVO: COMO PIENSAN LOS NIÑOS
Características del
pensamiento preoperacional
Comprensión de
identidades
Los niños desarrollan el concepto de que ciertas cosas son las mismas aunque puedan cambiar de forma, tamaño o aspecto. Son conscientes de que las alteraciones superficiales no cambian las cosas. Por ejemplo, Julia hablaba de ponerle un traje de pájaro a su gata, pero sabía que aunque se vistiera de pájaro seguiría siendo su gata.
Comprensión de causa y efecto
Comprenden que una cosa causa otra y que pueden hacer que sucedan cosas. Las interminables preguntas de "por qué" indican su deseo de conocer las causas de las cosas.
Los niños desarrollan el concepto de que ciertas cosas son las mismas aunque puedan cambiar de forma, tamaño o aspecto. Son conscientes de que las alteraciones superficiales no cambian las cosas. Por ejemplo, Julia hablaba de ponerle un traje de pájaro a su gata, pero sabía que aunque se vistiera de pájaro seguiría siendo su gata.
Comprensión de causa y efecto
Comprenden que una cosa causa otra y que pueden hacer que sucedan cosas. Las interminables preguntas de "por qué" indican su deseo de conocer las causas de las cosas.
Empatía: ponerse en el
lugar de otro
Aunque Piaget pensó que la empatía se presenta más adelante, los niños más pequeños parecen mostrarla. Por ejemplo, a los 10-12 meses los bebés lloran cuando ven a otro bebé llorar. Hacia los 13 o 14 meses le dan palmaditas o le abrazan; a los 18 meses pueden darle un juguete nuevo para reemplazar a otro que se ha roto. No obstante, al principio de la niñez temprana le empatía se manifiesta cada vez más.
Los niños criados en familias donde se habla con frecuencia de los sentimientos y la causalidad logran la empatía a una edad más temprana que los niños de familias que no hablan de estos temas.
Habilidad para clasificar
Al inicio del segundo año de vida, los niños son más lógicos para organizar objetos, personas y sucesos. Muchos niños de cuatro años de edad pueden clasificar los juguetes en función de su forma, color o clase. Además, suelen categorizar a las personas como buenas o malas, amigos o no amigos.
Comprensión de números
En esta etapa pueden contar y manejar cantidades.
Aunque Piaget pensó que la empatía se presenta más adelante, los niños más pequeños parecen mostrarla. Por ejemplo, a los 10-12 meses los bebés lloran cuando ven a otro bebé llorar. Hacia los 13 o 14 meses le dan palmaditas o le abrazan; a los 18 meses pueden darle un juguete nuevo para reemplazar a otro que se ha roto. No obstante, al principio de la niñez temprana le empatía se manifiesta cada vez más.
Los niños criados en familias donde se habla con frecuencia de los sentimientos y la causalidad logran la empatía a una edad más temprana que los niños de familias que no hablan de estos temas.
Habilidad para clasificar
Al inicio del segundo año de vida, los niños son más lógicos para organizar objetos, personas y sucesos. Muchos niños de cuatro años de edad pueden clasificar los juguetes en función de su forma, color o clase. Además, suelen categorizar a las personas como buenas o malas, amigos o no amigos.
Comprensión de números
En esta etapa pueden contar y manejar cantidades.
EL DESARROLLO DEL LENGUAJE
Los niños pequeños hacen
preguntas constantemente sobre cualquier cosa, en parte
porque desean aprender cosas y en parte porque han aprendido
que sus preguntas pueden iniciar una conversación.
Cuando los niños superan la edad de tres años, su lenguaje se parece cada vez más al del adulto. Entre los tres y lo seis años los niños suelen aprender un media de nueve palabras cada día, aunque no siempre las utilizan como los adultos. Por ejemplo, un niño puede usar la palabra ayer para referirse a cualquier momento del pasado y mañana para cualquier tiempo futuro.
Cuando los niños superan la edad de tres años, su lenguaje se parece cada vez más al del adulto. Entre los tres y lo seis años los niños suelen aprender un media de nueve palabras cada día, aunque no siempre las utilizan como los adultos. Por ejemplo, un niño puede usar la palabra ayer para referirse a cualquier momento del pasado y mañana para cualquier tiempo futuro.
La
gran velocidad con la que aprenden palabras nuevas se debe a
que asimilan el significado de una palabra al escucharla
solamente una o dos veces durante la conversación.
Al comienzo de la niñez
temprana, los niños pueden seguir instrucciones que incluyen
más de un paso, como: "recoge tus juguetes y guárdalos en el
arcón", pero a menudo malinterpretan las oraciones
complejas. Por ejemplo, si le dices "puedes ver la
televisión después de ordenar tu cuarto", el niño puede
procesar las palabras en el orden en que las escuchó y creer
que puede ver primero la televisión y después ordenar su
cuarto.
DESARROLLO DE LA MEMORIA
Durante la niñez temprana,
los niños muestran un desarrollo significativo de su
memoria. Tanto en los niños de esta edad como en los adultos
existe una diferencia entre el reconocimiento y el recuerdo.
El reconocimiento es la capacidad para identificar algo ya
conocido y que vuelve a verse (por ejemplo, distinguir entre
un grupo de imágenes cuáles se había visto antes). El
recuerdo es la capacidad para evocar el conocimiento de algo
que está en la memoria, como describir una imagen que ya se
ha vito antes sin que esté presente en ese momento. A
cualquier edad resulta más fácil reconocer que recordar.
Cuanto más familiarizados
estén los niños con los objetos, mejor pueden recordarlos.
También pueden recordar mejor el material cuando los objetos
parecen tener una relación entre sí. Por ejemplo, una mesa y
una silla.
La memoria en la niñez
Es probable que el recuerdo
más antiguo que tenga una persona sea de algo que ocurrió
cuando tenía al menos tres años de edad. No obstante, aunque
algunas personas tienen recuerdos vívidos desde los tres
años, otras no recuerdan nada anterior a los ocho años. En
la niñez temprana, los niños no tratan de memorizar a
propósito, pero recuerdan sucesos que les causaron una
impresión particular. La mayor parte de los recuerdos son de
corta duración y no suelen recordarse en etapas posteriores
de la vida.
AUTOCOMPRENSION, AUTOCONCEPTO Y AUTOESTIMA
Sobre los cuatro años, los
niños se definen a sí mismos por comportamientos y
características observables. Es decir, mencionan
comportamientos concretos (como "puedo correr muy deprisa"),
condiciones físicas específicas (como el color del pelo),
preferencias. Hablan de destrezas particulares (como trepar
o correr) en vez de generalizar sus habilidades (como tener
habilidad para el deporte).
A los cuatro años, las descripciones de un niño sobre sí mismo son frases aisladas unas de otras. Su pensamiento salta de un aspecto particular a otro aspecto particular, sin seguir un orden lógico. Piensa en términos de todo o nada. No entiende que puede ser bueno en algunas cosas y malo en otras, ni entiende que puede sentir dos emociones a la vez.
A los cuatro años, las descripciones de un niño sobre sí mismo son frases aisladas unas de otras. Su pensamiento salta de un aspecto particular a otro aspecto particular, sin seguir un orden lógico. Piensa en términos de todo o nada. No entiende que puede ser bueno en algunas cosas y malo en otras, ni entiende que puede sentir dos emociones a la vez.
Alrededor de los cinco o seis
años, los niños pueden relacionar un aspecto de sí mismos
con otro. Por ejemplo, describe juntas sus habilidades para
el deporte ("Puedo trepar muy alto y correr deprisa, siempre
gano a los demás cuando corro, algún día perteneceré a un
equipo"). No obstante, a esta edad todavía se fija en las
cosas en las que es bueno y su pensamiento es aún de todo o
nada (si es bueno no puede ser malo).
Es más adelante, en la niñez
intermedia, cuando pueden decir que son buenos en algunas
cosas y malos en otras, pues su tendencia a pensar en
términos de todo o nada se reduce.
AUTOCONCEPTO
El autoconcepto es lo que piensa una persona de si misma, la imagen general que tiene de sus caracteristicas y habilidades.
este sentido de si mismo comienza en la infancia. A los cuatro años, los niños piensan en términos externos a cerca de sí mismos, y es a partir de los seis o siete años cuando empiezan a definirse en términos psicológicos.
En la niñez temprana, los niños desarrollan un yo ideal; es decir, un concepto de lo que les gustaría ser, y tienen problemas para reconocer que su yo real es diferente de su yo ideal. Por este motivo, los niños de esta edad se definen como un modelo de habilidades y virtudes.
Entre los cuatro y los cinco años, los niños juzgan su competencia según comportamientos observables y concretos, aunque suelen tener un sentido muy amplio de dichas habilidades porque aún no son capaces de compararse con precisión con otras personas y porque los adultos tienden a felicitarlos por cada pequeño logro.
AUTOESTIMA
El niño o niña que tiene una autoestima alta en sí mismo para enfrentar los retos e iniciar nuevas actividades, confia en sus propias ideas, establece sus propias metas, es curioso, hace preguntas, investiga y desea experimentar cosas nuevas. Se describe a sí mismo de manera positiva y se muestra orgulloso de su trabajo y sus logros. se siente cómodo con los cambios, se adapta bien al estrés, puede manejar la critica y la burla y percevera ante la frustración
El niño o niña con una baja autoestima no confía en sus
ideas, no se cree capaz de iniciar actividades o enfrentar
retos, no muestra curiosidad o interés por explorar, sino
que prefiere rezagarse y mirar, se retira y se sienta aparte
de los otros niños. Se describe a sí mismo en términos
negativos y no se siente orgulloso de su trabajo. Cuando se
siente frustrado abandona con facilidad y ante situaciones
de estrés muestra un comportamiento inmaduro.
Por tanto, la diferencia entre un niño con alta autoestima y otro con autoestima baja parece estar en los deseos de explorar, niveles de confianza, curiosidad y capacidad para adaptarse al cambio. Estos comportamientos son similares a los que diferencian a los niños más pequeños con vínculos afectivos de seguridad e inseguridad.
Por tanto, la diferencia entre un niño con alta autoestima y otro con autoestima baja parece estar en los deseos de explorar, niveles de confianza, curiosidad y capacidad para adaptarse al cambio. Estos comportamientos son similares a los que diferencian a los niños más pequeños con vínculos afectivos de seguridad e inseguridad.
CRIANZA
Estilo autoritario
Los
padres que utilizan este estilo valoran sobre todo la
obediencia y el control. Tratan de hacer que los niños se
adapten a un estándar de conducta y los castigan con dureza
si no lo hacen. Son más indiferentes y menos afectuosos que
otros padres. Sus hijos tienden a estar más inconformes, a
ser retraídos e insatisfechos.
Estilo permisivo
Son padres
que valoran la autorregulación y la autoexpresión. Hacen
pocas exigencias a sus hijos, dejando que sean los mismos
niños quienes controlen sus propias actividades tanto como
sea posible. Consultan con sus hijos las decisiones y rara
vez los castigan. No son tan controladores y exigentes y son
relativamente afectuosos. Sus hijos en edad preescolar
tienden a ser inmaduros, con menor capacidad de autocontrol
y menor interés en explorar.
Estilo democratico
Estos padres respetan la individualidad
del niño aunque hacen énfasis en los valores sociales.
Dirigen las actividades de sus hijos de un modo racional.
Respetan los intereses, las opiniones y la personalidad de
sus hijos, aunque también los guían. Son cariñosos y
respetan las decisiones independientes de sus hijos, aunque
se muestran firmes para mantener las normas e imponen
castigos limitados. Explican a los hijos los motivos de sus
opiniones o de las normas y favorecen el intercambio de
opiniones.
Los hijos se sienten seguros porque saben que sus padres
los quieren y porque saben lo que se espera de ellos. En
edad de preescolar, los hijos de estos padres tienden a
confiar más en sí mismos y a controlarse, manifiestan
interés por explorar y se muestran satisfechos.
LA AGRESIVIDAD EN LOS NIÑOS
Entre los dos años y medio y
los cinco años, los niños suelen pelear por los juguetes que
quieren y por el control de su espacio. Es una agresión que
tiene como objetivo alcanzar una meta (por ejemplo,
conseguir un juguete). Dentro de los siguientes tres años o
más, los niños dejan de demostrar su agresión con golpes y
empiezan a hacerlo con palabras.
Cierto grado de agresión es
normal, y los niños que pelean por las cosas que quieren
tienden a ser más sociables y competentes. Entre los dos y
los cinco años, conforme los niños pueden expresarse mejor
con palabras, la agresión disminuye en frecuencia y duración
de los episodios agresivos.
Las diferencias individuales
son bastante estables. Los niños que a la edad de dos años
golpean y cogen los juguetes de los demás, siguen actuando
con agresividad a los cinco años.
=)! un tema muy interesante totalmente.
ResponderEliminarñññ
ResponderEliminarque pedo we xdxd
ResponderEliminarquiero mi like
gracias
ResponderEliminarBUENO EL CONTENIDO INFORMATIVO ME GUSTO
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